martes, 3 de enero de 2012

Lost in Translation

La experiencia de aprender un “idioma nuevo” cuando uno piensa que ya lo conoce me ha jugado un gran desafío  para el conocimiento de vocabulario mexicano. Es tanto el reto que lo dividí en 3 etapas:

La primera etapa fue el Aprendizaje Pasivo, consistiendo en ser una escucha activa (contradictorio, no?). Luego, dado que la información era mucha e intensa, decidí crear un diccionario virtual, en mi cuenta de Twitter (lo nombré Diccionario #MexicoArgentina). Esta etapa la denominé Teoría. Luego, se pasa a la Práctica, donde me encuentro ahorita, llegando al punto en donde se utilizan algunas de las palabras casi sin pensarlo, y conjugadas en la forma correcta…Aplausos! Esto sólo se consigue con el uso y abuso, así que ahí estoy, aventada y sin dudarlo.

Uno de los primeros términos que aprendí, y sin aún vivir en Mexico, lo vivo en carne propia y así me llaman muchas veces. Güera. En el idioma mexicano - porque yo así lo catalogo, idioma mexicano, no español -  güera es aquella persona rubia, y se amplía a quienes tienen tez clara, así que esa soy yo (por ambas cualidades, me considero doblemente güerita).

Un término que también me llamó mucho la atención es apapachos…lo que significa mimos, caricias. Hay palabras que suenan chistosas en el idioma español. Bueno, apapachos se ha unido a la lista. Mírense al espejo y hagan el ejercicio de decir apapachos….No me digan que no se ven graciosos? Si, ya se, lo están haciendo y no se pueden contener las risas de uds. mismos! Lo mismo me sucedió meses atrás.

Ahora pasemos a los vocablos necesarios para sobrevivir en la playa: aquí tenemos 4 palabras de subsistencia básica: palapa, asoleadera o camastro, alberca y chela. Con ellas, ya tienes lo suficiente para ser feliz en una playa de la tierra azteca. 

Este es el momento de hacer una pausa y realizar una aclaración. Comprendo que si un mexicano lee este blog, es como leer un libro de primer grado. Pero sepan apreciar que para mi, todo esto fue un nivel terciario. Digamos que los vocablos de la playa, traducidos al argentino sería: sombrilla, reposera, pileta, birra. 4 palabras muy diferentes y todas en español, por cierto.

Hay algunas otras palabras que son directamente proporcionales dignas de ser bizarras en ambos idiomas (mexicano y argentino). Por ejemplo popote y pajita, ambas graciosas. Elote y choclo. No se cual es peor.  Pero la ganadora hasta el momento es agujetas…jajaja…sisi, (ríanse conmigo..me costó mucho recordarla) eso significa cordones de los tenis, lo que usas para atar las zapatillas o zapatos.  Y créanme que prefiero seguir diciendo cordones. Uds. sabrán ponerse en mi lugar (en mis zapatos, con agujetas – chiste fácil) y habilitarme continuar usando mi palabra original.

Ahora vamos a las palabras más interesantes, que decidí dejarlas para el final. Tenemos la palabras madre y padre, que contienen infinitas denominaciones y conjugaciones. Tantos significados tienen que existe un estudio realizado al respecto de sus múltiples usos. Por lo que será una nueva entrada al blog contarles de sus variadas formas. Sumamos a ello que a la madre y al padre de una familia, se los llama jefes en la jerga social.

Por otro lado está la palabra guey. Bueno, aquí no hace falta que explique su significado, pero si me sorprende como puede decirse más de 10 veces por minuto.

Y ahora vamos a la palabra ganadora, con anécdota incluida.
Cuenta la historia que en mi segundo día en Mexico, estoy con mi actual novio (recién estábamos comenzando a conocernos) y escucho a lo lejos su conversación telefónica con un cuate (esta es otra palabra graciosa…mírense al espejo cuando la dicen). Cuando de repente dice: “Si! Estoy con mi vieja aquí, ahorita vamos.”
Mi cara juro que se transformó en la de una bruja desesperada por hacer un hechizo y convertirlo en sapo a mi güey en ese instante. Vieja? Comprendo que ya no soy adolescente, pero vieja????
Entonces alcé mi cara de bruja, y lo miré, tratando de disimular que una palabra más equivocada, y el hechizo se haría realidad. Pregunté: vieja? Y él, muy amoroso, me mira y me responde: “Si, eres mi vieja”. Bueno, mis llamas internas ardían como en la hogera de la Santa Inquisición Española. Y recién ahora, pasados varios meses, se están empezando a apaciguar. Con el tiempo entendí…
Viejas acá somos las minas, las mujeres. Y TODOS nos dicen así. En pocas palabras, se refieren a nosotras, esta belleza que hizo el mundo como viejas. Yo opino que un estudio freudiano no avalaría este término, pero bueno, ya de a poco, me voy acostumbrando, mientras sigo lost in tranlsation.  

Arrivederci, nos leemos en la próxima!

No hay comentarios:

Publicar un comentario