La experiencia de aprender un “idioma nuevo” cuando uno
piensa que ya lo conoce me ha jugado un gran desafío para el conocimiento de vocabulario mexicano.
Es tanto el reto que lo dividí en 3 etapas:
La primera etapa fue el Aprendizaje Pasivo, consistiendo en ser una escucha activa
(contradictorio, no?). Luego, dado que la información era mucha e intensa,
decidí crear un diccionario virtual, en mi cuenta de Twitter (lo nombré
Diccionario #MexicoArgentina). Esta etapa la denominé Teoría. Luego, se pasa
a la Práctica, donde me encuentro ahorita,
llegando al punto en donde se utilizan algunas de las palabras casi sin
pensarlo, y conjugadas en la forma correcta…Aplausos! Esto sólo se consigue con
el uso y abuso, así que ahí estoy, aventada y sin dudarlo.
Uno de los primeros términos que
aprendí, y sin aún vivir en Mexico, lo vivo en carne propia y así me
llaman muchas veces. Güera. En el
idioma mexicano - porque yo así lo catalogo, idioma mexicano, no español - güera es aquella persona rubia, y se amplía a
quienes tienen tez clara, así que esa soy yo (por ambas cualidades, me
considero doblemente güerita).
Un término que también me llamó
mucho la atención es apapachos…lo que
significa mimos, caricias. Hay palabras que suenan chistosas en el idioma
español. Bueno, apapachos se ha unido a la lista. Mírense al espejo y hagan el
ejercicio de decir apapachos….No me digan que no se ven graciosos? Si, ya se,
lo están haciendo y no se pueden contener las risas de uds. mismos! Lo mismo me
sucedió meses atrás.
Ahora pasemos a los vocablos
necesarios para sobrevivir en la playa: aquí tenemos 4 palabras de subsistencia
básica: palapa, asoleadera o camastro,
alberca y chela. Con ellas, ya tienes lo suficiente para ser feliz en una
playa de la tierra azteca.
Este es el momento de hacer una
pausa y realizar una aclaración. Comprendo que si un mexicano lee este blog, es
como leer un libro de primer grado. Pero sepan apreciar que para mi, todo esto
fue un nivel terciario. Digamos que los vocablos de la playa, traducidos al
argentino sería: sombrilla, reposera,
pileta, birra. 4 palabras muy diferentes y todas en español, por cierto.
Hay algunas otras palabras que son directamente proporcionales dignas de
ser bizarras en ambos idiomas (mexicano y argentino). Por ejemplo popote y pajita, ambas graciosas. Elote
y choclo. No se cual es peor. Pero la ganadora hasta el momento es
agujetas…jajaja…sisi, (ríanse conmigo..me costó mucho recordarla) eso significa
cordones de los tenis, lo que usas para atar las zapatillas o zapatos. Y créanme que prefiero seguir diciendo
cordones. Uds. sabrán ponerse en mi lugar (en mis zapatos, con agujetas – chiste fácil) y habilitarme
continuar usando mi palabra original.
Ahora vamos a las palabras más interesantes, que decidí
dejarlas para el final. Tenemos la palabras madre
y padre, que contienen infinitas
denominaciones y conjugaciones. Tantos significados tienen que existe un
estudio realizado al respecto de sus múltiples usos. Por lo que será una nueva
entrada al blog contarles de sus variadas formas. Sumamos a ello que a la madre
y al padre de una familia, se los llama jefes
en la jerga social.
Por otro lado está la palabra guey. Bueno, aquí no hace falta que explique su significado, pero
si me sorprende como puede decirse más de 10 veces por minuto.
Y ahora vamos a la palabra ganadora, con anécdota incluida.
Cuenta la historia que en mi segundo día en Mexico, estoy
con mi actual novio (recién estábamos comenzando a conocernos) y escucho a lo
lejos su conversación telefónica con un cuate
(esta es otra palabra graciosa…mírense al espejo cuando la dicen). Cuando de
repente dice: “Si! Estoy con mi vieja
aquí, ahorita vamos.”
Mi cara juro que se transformó en la de una bruja
desesperada por hacer un hechizo y convertirlo en sapo a mi güey en ese instante. Vieja? Comprendo que ya no soy
adolescente, pero vieja????
Entonces alcé mi cara de bruja, y lo miré, tratando de
disimular que una palabra más equivocada, y el hechizo se haría realidad. Pregunté:
vieja? Y él, muy amoroso, me mira y me responde: “Si, eres mi vieja”. Bueno,
mis llamas internas ardían como en la hogera de la Santa Inquisición Española.
Y recién ahora, pasados varios meses, se están empezando a apaciguar. Con el
tiempo entendí…
Viejas acá somos
las minas, las mujeres. Y TODOS nos dicen así. En pocas palabras, se refieren a
nosotras, esta belleza que hizo el mundo como viejas. Yo opino que un estudio freudiano no avalaría este término,
pero bueno, ya de a poco, me voy acostumbrando, mientras sigo lost in tranlsation.
Arrivederci, nos leemos en la próxima!
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