lunes, 30 de enero de 2012

Argento Style


Hace más de 1 semana que no entro a mi blog. Fueron 10 días de estar de viaje, y realmente es complicado encontrar el momento para sentarse a escribir, tal como Uds. se lo merecen. Por eso ahora si, estoy lista para darles seguimiento.

Estoy en el avión, sentadita bien apretada, en camino de regreso a México, luego de 10 días en Miami, en una forma combinada de placer y trabajo (business & pleasure, suena mejor en ingles).

Miami es para los latinos símbolo de shopping sin duda, sin importar si eres argentino, mexicano, hondureño o colombiano. Es “EL” lugar para dedicarse a comprar. Tanto es así, que estoy pensando en poner una cámara y filmar bloopers de las miles de personas llegando al aeropuerto con sus maletas apiladas. Y creo que el primer capítulo debería hacerlo yo, porque no puedo dejarme afuera de este grupo.

Enero no es el mes mas adecuado si uno quiere disfrutar de la playa de Miami, aunque la temperatura está buena, o por lo menos es tropical. Lo interesante de este mes es la ola de argentinos que viajan a Miami en busca del arte de shoppear. Está tan plagado de argentos que a lo lejos uno puede vislumbrarlos, por su comportamiento, su lookete y especialmente por sus cortes de pelo. Esto es algo que comencé a notar desde que me fui. El look desarreglado, camisa sin planchar, pelos largos y despeinados en los hombres es una característica de 9 de cada 10 machos argentos. En el caso de las mujeres, hay otras características muy claras: flacas y pelos largos, extra bronceadas , y le sumamos el uso de calzas (mayones en chilango) como un sello de la moda.

Vayas a donde vayas, ahí están: en el outlet, en el super, en las tiendas de electrónica, en el restaurant. Lo más loco de todo es que escuchas el murmullo que uno le dice al tro: “Es argento, yo sabía!” Pero somos tan particulares que en lugar de esbozarnos una sonrisa, nos miramos de reojo, el up and down look, analizamos los personajes, y los ignoramos. Es el arte del argento style: mirar, escuchar, analizar pero no interactuar. Un histeriqueo constante. Nos hacemos literalmente los boludos, y cuando nos vamos, nos mordemos los labios para no hablar de ellos.

Somos tan personajes que hay veces que amo como somos, y hay veces que somos nuestros peores enemigos, pero yo soy de esas también, porque si hay algo que soy buena es en el up and down look, mirar, e ignorar.

Prometo esta semana ponerte a tono y escribir mas, pero al menos no quería dejar de darles un feedback después de estos días de ausencia,
Arrivederci!

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