Cuando
era muy pequeñita era ceceosa. Hablaba con la letra S como Z, y recuerdo que mi
mamá se enojaba muchísimo cuando me escuchaba hablar así, mientras que mi papá
decía que me quedaba lindo…jajaja.
Cuando
tenía 5 años (creo), decidieron llevarme a una fonoaudióloga. Mucho no recuerdo de la cara de la mujer, pero
recuerdo que era un edificio viejo, el elevador era en forma de jaula, y una
señora me hacía hacer ejercicios, me grababa y me preguntaba varias cosas. Yo
en ese momento no era muy extrovertida y a pesar de eso, disfrutaba del
momento. Realmente es un trabajo difícil. Esto puedo admirarlo ahora.
Cuando
pasaron unos pocos meses, mi S ya se pronunciaba correctamente, pero algo me
sucedió….fue como una laguna o una negación a abandonar esas visitas a la
fonoaudióloga, y la letra R empezó a patinarme, ya no podía pronunciarla
correctamente. Así que, nuevamente a la carga, pero ahora con una nueva letra.
El
ejercicio de cabecera de esa letra era repetir un trabalenguas: “R con R, guitarra,
R con R, carril, mira que rápida ruedan, las ruedas del ferrocarril”.
Lo
llamativo de todo esto es que encuentro que tengo una manía…bueno, en realidad
tengo varias, pero ahora me voy a dedicar a una: analizo mucho la composición
de una palabra, y pienso el por qué de esa combinación de letras y no otra.
Guitarra es el fiel ejemplo que es una palabra jodida por excelencia. Y creo que ahora le encontré una explicación
coherente.
Guitarra
tiene doble R, si, y por eso suena fuerte. Y además tiene la G, con la U y la
E, que hace omitir el sonido de la U, porque no tiene diéresis. O sea que es
una palabra más complicada que la palabra valija, por ejemplo, para decir algo,
ya que obedece a 2 reglas gramaticales.
Hoy
me encuentro aprendiendo a tocar guitarra. Llevo 2 clases, y 3 notas en mi
haber, mucho esfuerzo y me apeno de pensar que mis vecinos sufren de dolor de
oídos en las noches cuando intento practicar. No es algo sencillo aprender a
tocar este instrumento, y mucho más complicado cuando mi formación musical es
nula, y solo puedo recordar el Do-Re-Mi cuando canto la canción de La Novicia
Rebelde.
Pienso
que la palabra guitarra es complicada porque es complicado el acto de tocarla,
pero una vez que te montas en ese viaje, y logras 3 notas al hilo, la sonrisa
vale mas que mil palabras…vale más que mil palabras con todas las dificultades
que pueda tener para pronunciarlas, y por eso vale la pena. Me siento como
cuando era niña, e iba a lo de esta señora que me grababa y me hacía escuchar,
para aprender de mis propios sonidos. Siempre estamos aprendiendo, solo es
cuestión de proponérselo.
Ojalá
que el Do-Re-Mi pronto sea mucho más natural, porque créanme, le estoy poniendo
esfuerzo, y digamos que me estoy desnudando ante un gran desafío por delante
Arrivederci!
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