Ya
lo saben. El tráfico es el problema más grande de esta ciudad. Y la verdad que
hasta el momento había sido una víctima suave de él. Ayer, el jueves negro, el
tráfico se tomó la revancha, y me dio su merecido.
Nada
salió bien en el día de ayer. Empezando por mi visita al Sur de la ciudad. Me
perdí 2 veces en el camino. Más allá que soy rebelde y me niego a usar mi gps,
hay tantas obras en la carretera que te lleva al Sur, que me desviaron, y
aparecí D´s sabe donde, y realmente no quiero averiguarlo. No era nada bonito.
Y el GPS se volvió loco, me retornaba al lugar donde me volvían a desviar, y
giraba en redondo. Finalmente llegué, con media hora de retraso. Pero eso no es
nada.
Por
la tarde tenía un reunión en Polanco, y me pareció una decisión acertada,
viniendo desde el Sur, para luego ir para mi casa. Era un camino casi obligado
pasar por ahí. Muy mala decisión! Cuando salgo de mi reunión, me había
teletransportado a Venecia. Por un momento pensé era romántico, hasta que vi
como a mi coche le pegaban olas. Suerte que traía puestas mis botas de lluvia
(mi mejor inversión hasta el momento). Una vez que me subí al coche, no sabía
la pesadilla que estaba por vivir.
Eran las 6.20 de la tarde. Grave error,
cuando me subí al coche me arrepentí de no haber pasado por el baño a hacer
pipi. Me adentro en Polanco, y las calles están colapsadas. En media hora,
había avanzado 10 cuadras. Pensé que el problema era el horario pico. Cada
cuadra que pasaba, me tardaba más. A los 50 mins de haber avanzado solo 15
cuadras, y de tener mi vejiga por explotar, tomé la decisión de detenerme a
tomar un té, esperar un rato y aprovechar la escala técnica. Tenía una cena a
las 9 de la noche, por lo que todavía tenía tiempo de relajar.
Entré
a la cafetería, me compré un té, solicité la clave de WIFI, me relajé. Pasada
una hora el tráfico en sentido contrario al que me dirigía estaba parado. Pero
para la dirección donde yo debía ir, parecía estar bien. ERROR! Eran las 8 pm. Pensé que era prudente salir
con un colchón de media hora más para llegar a tiempo a mi cena. Nunca pensé
que lo peor estaba por empezar.
Avancé
3 cuadras a todo vapor. Luego, estuve literalmente detenida en una esquina por
media hora. Ya eran las 8.30, y solo había avanzado 3 cuadras. Un promedio de
10 mins por cuadra, y nada parecía mejorar. Hasta que llegadas las 9, además de
cancelar mi cena, escucho en la radio esa señal que uno nunca espera escuchar.
La locutora dice: “Eviten la zona”, y nombra la calle a donde me dirijo. Soy una Loser!
“Luego
de un intento fallido, porque seguir envejeciendo frente al volante”, pensé.
Entonces, volteé a la derecha, y me detuve en el primer lugar que encontré.
Tomé la decisión de esperar y cenar tranquila. Cuando entré a un barcito de
mala muerte, me encontré con varias caras largas, personas que ya habían bajado
sus brazos horas atrás. El tráfico se ponía peor con el pasar de los
milisegundos.
En
ese bar, juro que nunca habrán tenido tanta gente en una noche de jueves “normal”.
De repente nos encontramos, varios desconocidos, hablando y mirando un partido
de repetición en donde jugaba México-.Corea. Es interesante como siempre el
hombre se termina adueñando del control remoto en toda ocasión.
Así
que, disfruté de un sándwich con papas fritas,
una dosis de deporte, y de charla de bar. A las 11 de la noche, decidí
que era hora de retomar mi odisea al volante. Estaba a solo 10 cuadras de mi
casa. Y logré llegar en 5 mins, lo que antes me hubiera tomado una hora como
mínimo, y me hubiese quitado un año de vida por estrés.
Varias
lecciones aprendidas en este jueves negro, y una combinación de malas
decisiones hicieron que mi experiencia se haya visto opacada por una tormenta
que azotó la ciudad. Tanto que hoy, en camino a la oficina, cerraron el camino
principal, porque se hizo un lago con patitos nadando. Yo realmente no se si el
cambio climático, los sismos, los mayas, o el azar, pero el clima y el tráfico
en esta ciudad pueden realmente hacer de tu día una pesadilla. Hoy desperté con
resabios, así que espero sean las 3 pm y empezar mi fin de semana, con un
tequila en mi mano.
Arrivederci!
Y Brindo porque es viernes!
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