Hay
4 desafíos básicos para sobrevivir en esta ciudad.
El
primero es comer picante y aprender a disfrutarlo. El segundo es padecer el
tráfico y no morir en el intento. El tercero es llegar a comprender y asimilar
que la
comida es a las 3 pm, y llegar a ese horario para almorzar para quienes
estamos acostumbrados a comer livianito al mediodía y más temprano es un gran
cambio. El último desafío es el que denomino “Desafío Transporte”. Este challenge consiste en llevar un pastel en
el coche y que llegue en buen estado. El problema principal es que la ciudad
está diseñada en montañas, esto implica subidas y bajadas. Para complicarlo,
hay topes (lomas, reductores de velocidad, o como quieran llamarles) y estos
topes son de diferentes tamaños y está plagado de ellos. Por supuesto que hay
muchas curvas, porque siendo que todo es montaña, subida y bajada no es
suficiente para hacer las cosas complicadas. Si a esto le sumamos que el
pavimento tiene baches, y que es época de lluvia, entenderán porque lo llamo
desafío, no?
Como
soy terca y no me doy por vencida, he probado varias técnicas de transporte de
pasteles.
Mi
primer intento, fue fallido. Y fue el plan básico: llevar el pastel listo en su
plato de presentación. Imaginense, yo, frente al volante, con un pastel
precioso en el asiento del acompañante del coche, que se movía de un lado a
otro, y no sabía si atender el camino o el pastel. Fue realmente un desastre.
Mi volante quedó lleno de chocolate, el pastel arruinado, y yo, casi choco
solita 3 veces.
Mi
segundo intento fue conservar el pastel en su molde de cocción, y llevar un
plato de presentación al lugar, y hacer la tarea de desmolde allí. Esto tiene
riesgos de poder hacer el despliegue correcto en el destino. Y así sucedió.
Cuando tuve que desmoldar y pasar el pastel de un lugar a otro, me olvidé de
quitarle el papel debajo, y quedó así entonces. En cada porción había que
notificar: “Cuidado con el papel, que no es comestible!” jajajaja
La
tercera fue casi la vencida…la técnica fue comprar moldes descartables de esos
que te montan el pastel en las casas de repostería. Y créanme que aún así, no
pudo llegar sano y salvo el mismo. El pastel, aún así, se mueve, y eso provoca
los daños y perjuicios del resultado final. El hermoso baño de salsa de
frambuesa quedó no solo por arriba, sino en los costados, en forma irregular.
Era una decoración moderna.
Entonces,
debo concluir que tengo 2 opciones: debo resignarme a llevar pasteles o simplemente
aceptar que nunca llegarán sanos y salvos, ya que siempre es una jugada
riesgosa.
Arrivederci!
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