miércoles, 19 de diciembre de 2012

Las Mujeres, y los 30



Me acabo de dar cuenta que nunca escribí el blog sobre mi llegada a los 30. Esto fue hace mes y medio, y acá estoy, inaugurando mi tercer década.
La edad es un tema particular. Eso de que es una falta de respeto preguntar la edad, me parece lo mejor a enseñar a los hombres. Mejor decirlo y que la gente se sorprenda…por el botox que llevamos, no?

Los 30 es una metamorfosis física y psicológica.
Ya decir 30 no suena igual, te miran con cara de solterona si no tenes pareja, con cara de complicada pero finalmente ubicable si estás por casarte, y con cara de estéril si estas casada y no tenés hijos. Es como si esa fuera la medida estándar. Una cagada, pero así es.

El cuerpo ya no es el mismo, la piel se reseca, pierde elasticidad, aparecen arrugas, canas,…esto parece un comercial o más bien una sentencia al suicidio….y el metabolismo sufre cambios. Lo que comemos finalmente nos engorda. Este fue mi caso. Siempre fui de esas flacas que todos odiaban cuando decía: “Como de todo y no engordo”. Bueno, la maldición de todas esas envidiosas se me vino en contra.

Entonces me sometí a todo tipo de camino para bajar de peso. Dietas, tratamientos, consejos, anti-consejos. Llegué a poner una foto de referencia, a no comprar dulces en el supermercado y hacerme fan de todo lo light y del cuenta-calorías. Esta etapa es literalmente de sufrimiento. Pero lo peor llega después. Es el momento que el cansancio de tu mente te juega en contra, y te incita a comer ese bendito pedazo de pastel que tanto dijiste que no los primeros tiempos, y ahora te das el atracón de la vida.
Entonces, luego de pensar y pensar, te das cuenta que nada será como antes, mejor aceptarlo y encontrar el balance.

Luego de la etapa de la dieta frustrada, me pasé a la etapa del salón de belleza. Ahí es donde las mujeres nos sentimos queridas. Y ves fotos de estrellas de Hollywood y le dices a tu peluquero que así te quieres ver, igualito a Giselle Bundchen. Bastante respetuoso fue mi peluquero al no soltar una carcajada ahora que lo pienso.

Una vez pasada la fiebre del salón, dado que mi cartera ya no podía costearla, decidí ser más espiritual, practicar más yoga y bajar el estrés. Todo muy lindo, pero se me presentaron 2 problemas grandes. El primero es la contradicción. Antes de llegar a la clase, mi teléfono suena y maldigo al que me llama, quiero pasar al coche de adelante porque estoy llegando tarde y toco bocina, llego toda loca y estresada. La otra contradicción es algo que me pregunto una y otra vez. La profesora es mujer, y SABE que no podemos poner la mente en blanco, incluso ella no puede hacerlo. Que me deje de joder! Sabe que estamos pensando en la lista del super, en si dejamos la luz prendida o que tenemos que llegar y pensar qué cocinar. Cortemos con esta farsa!

Finalmente llegó el momento de amigarme con mis 30. “Accept what is happening and relax”. Como lo hice? Me acordé de una vez cuando llevé el coche al taller mecánico y le dije que mi coche hacía muchos ruidos al andar. La respuesta del mecánico fue: Cómprese un mejor estéreo!.
Entonces así cambié mi ojo masoquista al espejo, y opté por no usar anteojos.


Arrivederci|

2 comentarios:

  1. Jessie Fernandez Martinez19 de diciembre de 2012, 17:50

    Me encanto y me identifico mucho my friend...y eso que voy por los 29!!

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    1. yes....get ready...ahorrate los pass y segui mis consejos! jajajajaja

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