viernes, 27 de julio de 2012

Jueves Negro


Ya lo saben. El tráfico es el problema más grande de esta ciudad. Y la verdad que hasta el momento había sido una víctima suave de él. Ayer, el jueves negro, el tráfico se tomó la revancha, y me dio su merecido.

Nada salió bien en el día de ayer. Empezando por mi visita al Sur de la ciudad. Me perdí 2 veces en el camino. Más allá que soy rebelde y me niego a usar mi gps, hay tantas obras en la carretera que te lleva al Sur, que me desviaron, y aparecí D´s sabe donde, y realmente no quiero averiguarlo. No era nada bonito. Y el GPS se volvió loco, me retornaba al lugar donde me volvían a desviar, y giraba en redondo. Finalmente llegué, con media hora de retraso. Pero eso no es nada.

Por la tarde tenía un reunión en Polanco, y me pareció una decisión acertada, viniendo desde el Sur, para luego ir para mi casa. Era un camino casi obligado pasar por ahí. Muy mala decisión! Cuando salgo de mi reunión, me había teletransportado a Venecia. Por un momento pensé era romántico, hasta que vi como a mi coche le pegaban olas. Suerte que traía puestas mis botas de lluvia (mi mejor inversión hasta el momento). Una vez que me subí al coche, no sabía la pesadilla que estaba por vivir. 

Eran las 6.20 de la tarde. Grave error, cuando me subí al coche me arrepentí de no haber pasado por el baño a hacer pipi. Me adentro en Polanco, y las calles están colapsadas. En media hora, había avanzado 10 cuadras. Pensé que el problema era el horario pico. Cada cuadra que pasaba, me tardaba más. A los 50 mins de haber avanzado solo 15 cuadras, y de tener mi vejiga por explotar, tomé la decisión de detenerme a tomar un té, esperar un rato y aprovechar la escala técnica. Tenía una cena a las 9 de la noche, por lo que todavía tenía tiempo de relajar.

Entré a la cafetería, me compré un té, solicité la clave de WIFI, me relajé. Pasada una hora el tráfico en sentido contrario al que me dirigía estaba parado. Pero para la dirección donde yo debía ir, parecía estar bien. ERROR!  Eran las 8 pm. Pensé que era prudente salir con un colchón de media hora más para llegar a tiempo a mi cena. Nunca pensé que lo peor estaba por empezar.

Avancé 3 cuadras a todo vapor. Luego, estuve literalmente detenida en una esquina por media hora. Ya eran las 8.30, y solo había avanzado 3 cuadras. Un promedio de 10 mins por cuadra, y nada parecía mejorar. Hasta que llegadas las 9, además de cancelar mi cena, escucho en la radio esa señal que uno nunca espera escuchar. La locutora dice: “Eviten la zona”, y nombra la calle a donde me dirijo.  Soy una Loser!

“Luego de un intento fallido, porque seguir envejeciendo frente al volante”, pensé. Entonces, volteé a la derecha, y me detuve en el primer lugar que encontré. Tomé la decisión de esperar y cenar tranquila. Cuando entré a un barcito de mala muerte, me encontré con varias caras largas, personas que ya habían bajado sus brazos horas atrás. El tráfico se ponía peor con el pasar de los milisegundos.
En ese bar, juro que nunca habrán tenido tanta gente en una noche de jueves “normal”. De repente nos encontramos, varios desconocidos, hablando y mirando un partido de repetición en donde jugaba México-.Corea. Es interesante como siempre el hombre se termina adueñando del control remoto en toda ocasión.

Así que, disfruté de un sándwich con papas fritas,  una dosis de deporte, y de charla de bar. A las 11 de la noche, decidí que era hora de retomar mi odisea al volante. Estaba a solo 10 cuadras de mi casa. Y logré llegar en 5 mins, lo que antes me hubiera tomado una hora como mínimo, y me hubiese quitado un año de vida por estrés.

Varias lecciones aprendidas en este jueves negro, y una combinación de malas decisiones hicieron que mi experiencia se haya visto opacada por una tormenta que azotó la ciudad. Tanto que hoy, en camino a la oficina, cerraron el camino principal, porque se hizo un lago con patitos nadando. Yo realmente no se si el cambio climático, los sismos, los mayas, o el azar, pero el clima y el tráfico en esta ciudad pueden realmente hacer de tu día una pesadilla. Hoy desperté con resabios, así que espero sean las 3 pm y empezar mi fin de semana, con un tequila en mi mano.

Arrivederci! Y Brindo porque es viernes!

jueves, 19 de julio de 2012

Cada cosa en su lugar


La mudanza fue complicada. Desde la previa, el embalaje, el papel burbuja, las cajas, la mudanza per se, montando en un camión todas tus cosas, y finalmente el desempaque, una etapa que se hace extensa y tediosa.

El hombre y la mujer hacen notar sus diferencias en estos momentos: Hay lugares importantes para la mujer, que se llaman CLOSET, BAÑO y COCINA. Hay lugares importantes para el hombre: No se cuales son, pero tengo una leve sospecha que es cualquiera que la mujer no esté presente.


Empezando por el closet, el hombre cuelga sus sacos, acomoda sus corbatas, camisas, t-shirts, zapatos y ropa de deporte. And that´s it. Como mujer, más allá de la ropa, hay q encontrar una sección para las bolsas, para los accesorios, para aros, sombreros, pulseras, joyas, ropa interior…no se como lo logramos, pero hay tantos cajones ocupados con categorías que igualan a la cantidad en ropa, y son en realidad, la nada misma.  De hecho, en mi caso particular, me gustan tanto los accesorios, que soy un sonajero, camino y se escuchan mis pasos, y no justamente por los zapatos, sino por el eco de mis aros, collares, pulseras y cuanto artículo decorativo exista. Soy como un perchero en movimiento. O mejor dicho, un maniquí que cobró vida de la vidriera. Imposible sería para mi ser espía secreto, porque mis pasos se escucharían 20 cuadras antes. Definitivamente he tomado una buena decisión en estudiar en la universidad de Negocios, sino, me moriría de hambre y no podría comprarme mis ruidosos accesorios.

Luego tenemos la sección baño. El cepillo de pelo, algodón, quita make up, esmalte, quita esmalte, perfumes, secador de pelo, planchita, ganchitos para el pelo, y por supuesto cremas, de todo tipo de color, peso y hasta religión.  Luego en la regadera, tenemos el shampoo, tratamiento, guantecito para “tallar” el cuerpo, scrub de la cara, shampoo opcional, y bueno, así, ocupamos todos los recovecos del lugar. Yo creo que es una señal como los perros: fijar territorio (ya se lo que están pensando, somos perras, y sí, es verdad

Por último, la sección cocina. Esa sección en la que queremos ponerle nuestro sello propio. El fin de semana fuimos de “paseo” a una tienda que se llama IDEA, es el IKEA chilango, y luego pasamos por el Home Depot para terminar en el CostCo. Que día tuvimos!!! Yo feliz! Era como estar en Disney! Todo mi shopping estuvo dedicado a la cocina. Por supuesto que no puedo dejar de reirme pensando en la cara de los hombres que no comprenden este idioma. Para que necesitamos frascos y cucharas de diferentes tamaños? Para qué le invertimos tanto tiempo en buscar un escurridor de platos con diseño? Y porque necesitamos asignarle un lugar cómodo al tacho de basura, como si fuera invitado de lujo?

Así estamos. En plena ocupación de la casa. En pleno orden y desorden. Lo interesante de esta experiencia es que tarde o temprano, todas recaemos en la misma pregunta: Porque el hombre pasa tanto tiempo frente al televisor, encerrado en la regadera o en el escusado? La respuesta es sencilla: es el lugar donde descansa de la invasión femenina, en una casa que eligieron y donde son ellos quienes pagan la renta. Y esto es solo el comienzo.

Arrivederci!

martes, 3 de julio de 2012

La Señora de Las Lomas


Si hay algo que realmente no me gusta es que me digan Señora. Ni Seño, ni Doña, ni siquiera Madame, con lo cool que pueda sonar. No estoy dispuesta a sentirme señora todavía, aunque la realidad me está golpeando la puerta, y golpea a diario y cada vez más fuerte

Todo se enfatizó desde que nos estamos mudando finalmente, pues este fin de semana comienza la gran aventura de la convivencia al 100%. Un lindo desafío por delante.

Mudarse no es fácil, se los puedo decir yo que me mudé de país hace 7 meses. Y después de empacar y desmantelar una casa en Buenos Aires, volví a hacer cajas, a etiquetar, archivar  y eliminar cosas, y el viernes comienza un nuevo capítulo.

Nos mudamos a un lugar hermoso, y fue tan difícil el proceso de búsqueda, que estoy feliz que hayamos encontrado el lugar elegido. Créanme que fue el último lugar que vimos. Y lo loco es que es una casa, un terreno con 2 casas pegadas. Como es????? Super luminosa, supar amplia, con techos altos, con escaleras, y closets gigantes. Y hasta tenemos un perro que es del vecino y ya lo consiento como si fuera mío.

Es todo hermoso, el gran problema es que con la casa nueva y el proceso de mudanza me siento cada vez más señora.  Me siento señora porque miro el tamaño de la cocina y es para una señora. Me siento señora porque tuve que contratar una empresa de limpieza para poner a punto todo. Me siento señora porque la empleada doméstica me pide aumento de sueldo porque la casa es muy grande. Me siento señora porque llego del supermercado con muchas bolsas, y el policía me ayuda y me dice: “Seño, la ayudo”. Me siento señora porque el baño tiene doble  lavabo. Si! Somos dos ahora.

En fin, este proceso de crecer no es fácil. Los cambios son por fuera y por dentro. Ya no puedo usar mis vestidos ultra mini y apretados porque ya no me quedan como antes. Solo tengo 1 o 2 kilos demás, pero su distribución en mi cuerpo hacen que no me sientan como antes. Ahora me quedan mejor las camisas, y los sacos que la onda rockera que solía tener. Ahora mi lista del supermercado se agranda, mis obligaciones contemplan pensar en la cena, y en no dejar cosas desordenadas porque somos dos en la casa. Los cambios por dentro son más intensos. Son cambios que te hacen escuchar el tic tac del reloj y pensar que para pasar a la etapa siguiente, hay que saber cerrar la etapa pasada, y en esto estoy. En proceso de cambio, en proceso de señorizarme.

Lo gracioso de todo esto, es que Las Lomas es en México un sinónimo de Las Lomas de San Isidro en Buenos Aires, y ahí es donde nos estamos mudando. Super lindo, pero super señorial, valga la redundancia. No escupas para arriba decía un sabio refrán. Que me espera cuando tenga que manejar una Mama-Van sino???

Arrivederci!

lunes, 2 de julio de 2012

Desafío Transporte


Hay 4 desafíos básicos para sobrevivir en esta ciudad.

El primero es comer picante y aprender a disfrutarlo. El segundo es padecer el tráfico y no morir en el intento. El tercero es llegar a comprender y asimilar que la comida es a las 3 pm, y llegar a ese horario para almorzar para quienes estamos acostumbrados a comer livianito al mediodía y más temprano es un gran cambio. El último desafío es el que denomino “Desafío Transporte”. Este challenge consiste en llevar un pastel en el coche y que llegue en buen estado. El problema principal es que la ciudad está diseñada en montañas, esto implica subidas y bajadas. Para complicarlo, hay topes (lomas, reductores de velocidad, o como quieran llamarles) y estos topes son de diferentes tamaños y está plagado de ellos. Por supuesto que hay muchas curvas, porque siendo que todo es montaña, subida y bajada no es suficiente para hacer las cosas complicadas. Si a esto le sumamos que el pavimento tiene baches, y que es época de lluvia, entenderán porque lo llamo desafío, no?

Como soy terca y no me doy por vencida, he probado varias técnicas de transporte de pasteles.
Mi primer intento, fue fallido. Y fue el plan básico: llevar el pastel listo en su plato de presentación. Imaginense, yo, frente al volante, con un pastel precioso en el asiento del acompañante del coche, que se movía de un lado a otro, y no sabía si atender el camino o el pastel. Fue realmente un desastre. Mi volante quedó lleno de chocolate, el pastel arruinado, y yo, casi choco solita 3 veces.

Mi segundo intento fue conservar el pastel en su molde de cocción, y llevar un plato de presentación al lugar, y hacer la tarea de desmolde allí. Esto tiene riesgos de poder hacer el despliegue correcto en el destino. Y así sucedió. Cuando tuve que desmoldar y pasar el pastel de un lugar a otro, me olvidé de quitarle el papel debajo, y quedó así entonces. En cada porción había que notificar: “Cuidado con el papel, que no es comestible!” jajajaja

La tercera fue casi la vencida…la técnica fue comprar moldes descartables de esos que te montan el pastel en las casas de repostería. Y créanme que aún así, no pudo llegar sano y salvo el mismo. El pastel, aún así, se mueve, y eso provoca los daños y perjuicios del resultado final. El hermoso baño de salsa de frambuesa quedó no solo por arriba, sino en los costados, en forma irregular. Era una decoración moderna.

Entonces, debo concluir que tengo 2 opciones: debo resignarme a llevar pasteles o simplemente aceptar que nunca llegarán sanos y salvos, ya que siempre es una jugada riesgosa.

Arrivederci!