México
es una aventura gastronómica. Más allá de las exquisiteces que pueden comerse
aquí, y de los nombres bizarros de miles de platos, vegetales y salsas, este
blog se lo dedico a sus chiles, un símbolo nacional, que me dieron una cordial
bienvenida.
La palabra Chile en Argentina simboliza únicamente a nuestro
país vecino. Nada más. En cambio en México es un
protagonista que se expresa en miles de versiones, colores y sabores.
Para
comenzar vale aclarar que el chile puede comerse fresco o seco. Los hay de
todos los nombres: Piquín, Mirasol, Jalapeño, Serrano, Poblano, Chile
de árbol, Chilaca, Güero, Pimiento
morrón, Mulato, Habanero
y
Manzano.
En la cocina argentina, nos remitimos al pimiento morrón en sus 3 colores, y
con eso pensamos que somos lo máximo. Pero lo máximo es poner la cucharada en
la salsa equivocada, y viajar a las estrellas en un milisegundo, cuando el
habanero o jalapeño era el maldito chile donde mojamos el pancito…(solo a prueba de superhéroes).
El
temita aquí al principio era hacer la pregunta de rigor: Pica? Bueno, eso fue
de principiante. La respuesta para cualquier persona no mexicana es afirmativa,
mientras que la respuesta que vas a conseguir por cualquier mortal azteca es: “no,
está suavecito”. MENTIRA!!! La regla dice que lo que está suave, pica, lo que
pica…mejor no te acerques, o preparate a dejar tus intestinos en coma 4, y vaya
uno a saber cuando los recuperas. Entonces -ahora que ya no me considero una
amateur, sino que estoy en el camino de la licenciatura- ya no pregunto si pica…sino
que pregunto qué tipo de chile es..y ahí la cuestión es prestar muuuuucha
atención. Si te dicen “Habanero”, stay away, prende una sirena como si una
bomba atómica estuviera a punto de estallar. Pero no estás a salvo si la
respuesta es cualquier otro chile, porque en realidad, todos pican, y bastante.
Solución: apenas moja el tenedor con la salsita (dije apenas, nada de
empaparlo) y con la punta de la lengua saboréalo. Si sobrevives, puedes continuar,
sino, es hora de tomar un vaso de limonada. Ah! Eso es otro tip. El agua y el
chile es como el agua y aceite, no te calma nada, sino que lo empeora. Por eso,
la limonada es el refresco a elegir, porque todo se te pasa más rápido, el
incendio se apaga más rápido.
Ok. Imaginate
que te cuidas con las salsas y el chile, pero eso no alcanza para cuidar tu
sistema gastrointestinal. Todo pica, hasta la ensalada de frutas!
Descubrí entonces que los médicos que hacen más dinero en México no son los cirujanos plásticos. Aquí los millonarios son los gastroenterólogos, o en su defecto….proctólogos. (Todavía no entiendo como no llegó el videt con tanta sensibilidad que existe). Y si realmente tenes suerte, podes ser dueño de un laboratorio que fabrique medicamentos para la gastritis, colitis y sus allegados. Osea, no intentes ser oculista, ni otorrino, hay un solo mal acá, y lo estoy padeciendo en carne propia.
Descubrí entonces que los médicos que hacen más dinero en México no son los cirujanos plásticos. Aquí los millonarios son los gastroenterólogos, o en su defecto….proctólogos. (Todavía no entiendo como no llegó el videt con tanta sensibilidad que existe). Y si realmente tenes suerte, podes ser dueño de un laboratorio que fabrique medicamentos para la gastritis, colitis y sus allegados. Osea, no intentes ser oculista, ni otorrino, hay un solo mal acá, y lo estoy padeciendo en carne propia.
El viernes visité al doctor. Yo, calladita la boca estaba. Cuando me tocó la revisación, descubrí que soy víctima de lo
que todos padecen.
No sé si reírme o llorar, porque esto es una señal que soy parte de la sociedad, pero honestamente, preferiría estar al margen. Ahora me encuentro tomando Alevian Duo (tomen nota si intentar venir a México) y lo que tengo no son kilos de más, sino inflamación. Ja! Si, inflamación….Bienvenida a México, me dijo el Doc, y yo, solo pude esbozar una sonrisa falsa…Lo único positivo de todo esto, es que no voy a sentirme fuera de las conversaciones, porque ahora puedo dar mi propio testimonio, porque acá no hay quien no hable de su inflamación, asi que lo considero como un bautismo.
No sé si reírme o llorar, porque esto es una señal que soy parte de la sociedad, pero honestamente, preferiría estar al margen. Ahora me encuentro tomando Alevian Duo (tomen nota si intentar venir a México) y lo que tengo no son kilos de más, sino inflamación. Ja! Si, inflamación….Bienvenida a México, me dijo el Doc, y yo, solo pude esbozar una sonrisa falsa…Lo único positivo de todo esto, es que no voy a sentirme fuera de las conversaciones, porque ahora puedo dar mi propio testimonio, porque acá no hay quien no hable de su inflamación, asi que lo considero como un bautismo.
Gracias
Chiles, porque darme la bienvenida a Mexico. Que paradoja, no?
Bueno,
acá estoy, con mi pastillita de Alevian, que tiñe mi pipi de un color
fluorescente, y con una única resignación: ¿por qué no me dediqué a la gastroenterología?
Arrivederci..los espero en el próximo capítulo.
Jaaaaa... buenisimo el post Jess, solo que me llego tarde... de haber sabido lo de la limonada lo habria implementado, solo trate de bajarlo con tequila, jaaaa. Beso grande
ResponderEliminarel tq tb es una buena recomendación para bajar el picante...pero sus consecuencias luego son otras, y terminas con el mismo Alevian duo...jajaj. besos!
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